domingo, 13 de febrero de 2011

CUÁNTA INFORMACIÓN PODEMOS LEER EN INTERNET?

Es evidente que internet ha cambiado de un modo radical la forma en que la gente se relaciona entre sí, el modo en que trabaja o se divierte. Puede parecernos mentira, pero hace sólo 15 años la mayoría de las empresas no utilizaban el correo electrónico como medio natural para enviar y recibir comunicaciones, ni disponían de una página web que les permitiese relacionarse con sus clientes y servir de primera fuente de información para quien quisiese conocer esa compañía o alguno de sus productos o servicios.

Ha cambiado también el modo en que accedemos a la información, y lo ha hecho varias veces en estos últimos años. Para estar informados, antes debíamos esperar al periódico de la mañana (y leer las noticias ocurridas el día anterior), o al telediario de la tarde o de la noche, donde se resume lo acontecido en la mañana o en todo el día. Este modo de recibir la información tiene unas características muy concretas:

Necesita de una demanda activa: hay que ir a comprar el periódico o sentarse frente al televisor
Está limitada a un horario: el periódico aparece por la mañana, no antes, y el informativo es a una hora concreta
Se reciben las noticias decididas por el medio de comunicación escogido: no hay posibilidad de selección
Requiere de atención permantente durante la emisión: si haces otra cosa en ese momento, te pierdes la noticia
No hay un modo establecido para hacerse eco de las noticias recibidas: no se puede volver a ver el informativo
Se limitan las fuentes: no se pueden ver tres o cuatro informativos porque coinciden en el tiempo. Los periódicos cuestan dinero y no todo el mundo puede pagar los seis o siete principales.
La web 0.5

La llegada de la web permitió en primer lugar trasladar a este medio la misma estructura de la información que se tenía en los medios tradicionales. Así, los periódicos digitales eran meros reflejos de la versión en papel, verdadera protagonista de la empresa y única con la que se obtenía una rentabilidad. En esta web 0.5 (la 1.0 vendría después) no hubo ningún cambio significativo en el modo en que se accedía a la información ya que la actualización de contenidos seguía haciéndose por ediciones periódicas. La única ventaja era que no había que acercarse al kiosco si querías ojear las noticias más destacadas del día anterior y que podías acercarte a más medios sin coste.

La web 1.0

Los medios digitales entendieron más tarde que ya no tenían la necesidad de ajustarse a dos o tres ediciones diarias para ofrecer su información. Internet les permitía compartir las noticias en el mismo momento en que las conocían, tal y como hacían los teletipos, pero una vez ampliadas y contrastadas por ellos. Los periódicos digitales eliminaron la necesidad de estar pendientes de los medios a una hora concreta para poder estar informados y dotaron de continuidad a la labor informativa. Ya no había ediciones, sino que podías conectarte cuando quisieras y recibir la información de lo ocurrido hasta ese mismo momento.

Las televisiones no encontraban la manera de encajar sus informativos (el vídeo bajo demanda era impensable por lento y costoso) y ofrecían en su página web una suerte de teletipos.

Aunque ya no había que estar pendiente de acudir a alguna parte o de hacer algo en un momento dado para estar informado, los usuarios empezaban a ser partícipes de la web y no solo consumidores de información. Hablaban por el messenger, se reenviaban largas cadenas de e-mails, comentaban las noticias por otros medios y querían compartirlas.

De todas formas, acceder varias veces al día a varios medios digitales ocupaba mucho tiempo, así que seguía siendo costoso (y un fastidio) obtener mucha información. Los blogs no existían. Solo había páginas personales, con una menor frecuencia de actualización, y esa web se extingue (Geocities cierra hoy sus puertas).

La web 2.0


RSS
Esas necesidades de los usuarios llevaron a permitir los comentarios de las noticias en los medios digitales, y a añadir la opción, por ejemplo, de enviar por e-mail. La aparición del RSS permitió centralizar la información que queríamos recibir. En lugar de acceder varias veces a cada periódico, sólo debíamos acceder a nuestro lector favorito para recibir la información de los medios que previamente habíamos seleccionado. Esto agilizó nuestra manera de recibir la información, permitiéndonos leer más información en menos tiempo. Esta solución supuso una mejora pero enseguida se vislumbró el siguiente paso: ¿por qué voy a leer todas las noticias de un medio si la mayoría no me interesan? (no me interesa el fútbol y es la mitad del periódico, no me interesa la política y es la mitad del periódico, no me interesan los sucesos y son la mitad…, etc.). Así, puedo suscribirme solamente a algunas secciones y a blogs personales que hablan de cosas que me interesan, poniendo en el mismo plano a los medios de comunicación (que antes tenían la exclusiva sobre la difusión) y a las personas. Todos ellos son fuentes de información.

Compartir

Compartir es un pilar fundamental en la web de hoy, y en las fuentes de información ha supuesto un cambio sustancial. La iniciativa necesaria para obtener información ya no es imprescindible, ya que la información llega a nosotros sin que tengamos que ir necesariamente a buscarla. Los medios se diversifican y se popularizan los agregadores de noticias (meneame.net) donde la portada incluye las noticias destacadas y votadas por los propios usuarios, procedan de donde procedan.

Pero además disponemos de google reader donde no solo podemos tener los feeds de medios de comunicación o blogs, sino feeds de agregadores (en una gran vuelta de tuerca), que ya filtran y seleccionan lo más interesante.

Más aún, también tenemos usuarios, amigos a los que conocemos y en cuyos gustos o intereses confiamos. Así, recibimos la información que a ellos les parece interesante, porque la comparten pensando que a nosotoros también nos interesará.



Twitter
Twitter, esa herramienta en principio tan tonta (¿quién va a comentar permanentemente lo que está haciendo? ¿A quién puede interesarle?) ha supuesto una revolución en el modo en que compartimos y recibimos información. Nuevamente por esta vía recibimos únicamente la información que comparten las personas que nosotros hemos seleccionado para seguir. Y si no nos gusta lo que nos envían o si nos deja de gustar, pues simplemente dejamos de seguirles.

Así, el modo en que estamos informados ha cambiado absolutamente:

No necesitamos hacer una búsqueda activa de información. Nos llega de forma pasiva lo que nos interesa.
La información no tiene horarios. Llega en cuanto se produce.
Seleccionamos los medios, o las personas que queremos que nos informen, y sobre lo que queremos ser informados.
No hace falta una atención constante. Podemos leerlo cuando queramos o podamos.
Toda la información recibida puede compartirse con quien queramos por infinidad de medios (agregadores, blogs, redes sociales, etc.)
Podemos acceder a más información: Mejorando el sistema de recepción de información y descartando lo que no consideramos importante o interesante, podemos aumentar el número de noticias o medios que podemos recibir en el mismo tiempo.
Estamos logrando que hay alguna noticia, cuando alguien piensa algo interesante o cuando hay novedades en alguna materia de nuestro interés, nos llegue esa información de forma instantánea sin que tengamos que demandarla. Aún así, no es suficiente. Queremos disponer con el menor esfuerzo posible de toda la información relevante en el menor tiempo posible. ¿Cuánto seremos capaces de mejorar los procesos de acceso a la información? ¿Dónde estará el límite? Con la avalacha de información que supone la simple conexión a internet corremos el riesgo de no leer o no entender nada si estos nuevos procesos no nos ayudan a comprender y relacionar la cantidad de datos que recibimos.

La idea es avanzar hacia una web completamente semántica.

http://eadmon.wordpress.com/2009/10/

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