miércoles, 25 de febrero de 2009

LECTURA A UN CLIC

http://www.youtube.com/watch?v=PBCzIDbRJvs&feature=related
Hace dos días salió al mercado la más reciente versión de Kindle, el libro electrónico del portal de Internet Amazon. Con un acceso directo a miles de novelas, a Wikipedia, a periódicos como The New York Times, Kindle -encender, en inglés- simboliza un serio intento por posicionar una nueva forma de leer. Aunque pocos renunciarán al olor y a la textura del texto impreso, muchos sucumben ya ante el útil adminículo, que comprime en pocos gramos cientos de publicaciones.

Las maravillas de Kindle2 se restringen, sin embargo, a una limitada capa de la población mundial, pues está diseñado para un lector con tarjeta de crédito, dispuesto a pagar más de 200 dólares sólo por adquirir el aparato y mínimo 8 dólares por cada volumen. Eso sin contar con el cobro por acceder a textos que el usuario se envíe al aparato desde su correo electrónico y por poder leer blogs y periódicos. Para el nuevo e-book de Amazon será un reto competir con herramientas que existen ya sin costo alguno en computadores y celulares. Adicionalmente, deberá romperse el preconcepto de que sólo lo impreso, lo tangible y asible tiene un precio: más de uno se rehusará a pagar una decena de dólares por un 'libro' que es en realidad un abstracto archivo virtual.

A pesar de estas limitantes, la primera versión de Kindle fue un éxito en ventas, indicador de que la idea de leer novelas enteras en una pantalla no solo no es descabellada, sino que también es comercialmente viable. Más aún si a través de estos aparatos se accede en un minuto a textos cuya importación, traducción y hasta compra por la red tarda meses en llegar a Colombia.

Es claro que la generación que creció con libros y cuadernos, tal vez nunca renunciará a ellos del todo. Al igual que algunos guardan como un tesoro los discos de acetato y ven como una profanación los Ipod, muchos descartarán la idea de 'cliquear' y no hojear el periódico por la mañana. Por esto, aún no es inminente la amenaza a la industria editorial que los alarmistas hoy vaticinan. Pero no podemos subestimar el potencial de transformación de hábitos que la lectura electrónica implica. En el punto medio está Kindle, cuya pantalla emula el aspecto de las hojas impresas y ofrece herramientas como doblar la página de lectura, poner notas y subrayar. En otras palabras, lo digital remeda la experiencia de lo impreso.

Tanto el libro físico como el virtual ofrecen ventajas diversas e irremplazables. De la calidad de cada uno de ellos dependerá su éxito y prevalencia: el lector del siglo XXI tiene la última palabra.


Editorial El Tiempo. Febrero 26 de 2009.